jueves, 31 de marzo de 2016

un tulpa espectro creado por las personas

Los tulpas

Entes engendrados por el poder de la mente
Dentro del budismo tibetano, un tulpa es un "vajrayāna", término que designa a "una entidad espiritual creada por el pensamiento". Walter Evans, antropólogo pionero en el estudio del budismo tibetano, occidentalizó el término en 1954, describiendo al tulpa como una "forma mental". Según dice Evans en El Libro Tibetano de la Gran Liberación, el tulpa se crea a través de la visualización clara, intensa y sostenida de un objeto o entidad; a esto, añade que mentes cultivadas en la meditación, como los yoguis o los lamas tibetanos, son capaces de crear y deshacer tulpas a voluntad.

Creación de tulpas

En términos generales
En general, para crear un tulpa se requiere de una mente disciplinada y entrenada, así como de ciertos procedimientos (como rituales) que alimenten la energía necesaria para su plasmación. En la tradición oriental, no se precisa de médiums ni de oscuridad, y los tulpas pueden crearse en sesiones efectuadas en pleno día.
Casi siempre los tulpas serán proyecciones mentales de corta vida, que se deteriorarán tras poco tiempo de haberse creado; sin embargo, a veces pueden llegar a tener suficiente energía como para ser visibles a otras personas además de su creador. Inclusive, en los casos más extremos, el tulpa puede cobrar una relativa independencia, tendiendo siempre a degenerarse, a corromperse negativamente en su esencia, deviniendo así en una entidad maligna; por fortuna, todo tulpa requiere que crean en él para subsistir, de modo que desaparecerá si dejan de creer en él.

tulpa

De lo anterior, se infiere que el poder de un tulpa depende de varios factores: cuánta gente cree en su existencia, con qué frecuencia e intensidad es visualizado, qué tan poderosas son las mentes de quienes lo alimentan, etc...
Hasta aquí parecería tarea fácil eliminar un tulpa que ha cobrado independencia, pero los expertos señalan que es muy complicado, sobre todo si ya ha habido gente que lo ha visto y ha creído en su existencia.

De las proyecciones mentales al tulpa

Los psíquicos suelen emplear las proyecciones mentales para imprimir imágenes en determinados espacios, para inducir complejos mentales-emocionales, o para influir en el desarrollo de los hechos a través de la visualización. Para que se entienda mejor, imaginemos estos casos: 1) Se tiene un lugar cargado de energía negativa, dentro del cual ha habido torturas y violaciones: para mejorar la energía del lugar, el psíquico (o cualquiera con una mente potente) visualizará (lo que visualiza es la proyección mental) ángeles o gente feliz en ese lugar, o lo imaginará lleno de luz, por ejemplo. 2) Se tiene un lugar cargado de energía positiva, como un santuario religioso; ahora, y con fines maléficos, un psíquico satanista podría visualizar demonios y gente sufriendo en el lugar, con lo cual conseguiría afectar negativamente la energía del sitio.
Los anteriores son ejemplos claramente hipotéticos. Veamos ahora un caso real, citado por los expertos en el asunto. A saber, cuentan que, durante el proceso español de colonización y con fines de transformar una comunidad aborigen y su correspondiente templo pagano, misioneros jesuitas emplearon oraciones junto con visualizaciones, dentro de las cuales imaginaban que el templo aborigen se hacía iglesia y los indios oraban allí: sea por eso, sea por factores históricos, sea por ambas cosas, en poco tiempo las visualizaciones se cumplieron... Podría aquí permanecer escéptico el lector, por lo que habrá de señalarse que el ejemplo de los jesuitas sirve fundamentalmente como ejemplo paradigmático de "infiltración psiónica": esto es, de un "uso directo de la influencia mental", cosa comúnmente usada en el contexto de la guerra psíquica. Pero hay también otro concepto en juego: la precipitación; esto es, el proceso mediante el cual, una forma o complejo de formas mentales o astrales, se manifiestan en el plano físico conservando su naturaleza de forma y esencia.
Sí, lo anterior suena demasiado abstracto, pero el ejemplo de Sai Baba nos ayudará a entenderlo. Así, cuentan que, entre otras cosas, este gurú hizo aparecer un diamante en su mano, un diamante palpable... Según lo expuesto, el gurú primero habría visualizado el diamante, y luego se habría dado, con la mediación de partículas astrales, la precipitación de la forma mental, dando como resultado el diamante; el cual, al igual que otros objetos precipitados, se habría desvanecido después (de lo contrario, imaginen cuán multimillonarios serían los psíquicos capaces de hacer estas cosas). Naturalmente no estamos afirmando que esto sea cierto, pues la precipitación a ese nivel parece inverosímil, a más de que Sai Baba ha sido acusado de fraude con respecto a sus poderes precipitadores... El punto al que queremos llegar con todo esto, es la comprensión de los procesos que operan detrás de las progresivas concreciones del tulpa, cuando éstas se dan. La situación es como sigue: 1) el tulpa empieza como forma mental, 2) la forma mental se enlaza con partículas del plano astral (generalmente salidas del cuerpo astral del creador del tulpa) y el tulpa se manifiesta como forma astral; siendo ya, a este nivel, perceptible para gente con el "sexto sentido" algo desarrollado, 3) el tulpa, ya dotado de expresión astral, se enlaza con partículas del plano etérico (en este plano está el aura entendida como fenómeno electromagnético), y adquiere expresión en el plano etérico, convirtiéndose en una especie de fantasma observable para cualquiera.Los tulpas


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