jueves, 22 de mayo de 2014

ruta 666 historias de terror

los fantasmas de la ruta 666

Si usted decide seguir viajando a o largo de la ruta 66, pronto
se encontrará Catoosa, Oklahoma (USA), al conducir a través Catoosa, recuerde
que debe permanecer en la ruta 66: si usted toma un giro equivocado y termina en
la carretera 412, a unas 6 millas de Catoosa, no pocos le informarán de un
incidente que muchos otros han atestiguado haber vivido. Una vez que
llegue al cementerio de Timber Ridge ya no hay vuelta atrás: ahí es donde un pequeño niño nativo americano ha sido visto,... e incluso golpeado por más de un conductor. El pequeño se observa detenido a lo largo de la carretera con su bicicleta, donde un vehículo lo atropelló y lo
mató. Fue enterrado en el cementerio mismo, en la primera fila junto a la
puerta, cerca de la parte inferior de la colina. Varias personas juran que al
atravesárseles, sintieron realmente cómo golpearon al niño,... y encontrar
huellas de pequeñas manos ensangrentadas en los parachoques de sus coches.
Otros lo han visto de rodillas a lo largo de la carretera, mientras que algunos
otros incluso han asegurado haber sufrido daños en sus vehículos,
después de golpear al niño que luego se desvanece,... Recuerde que
cuando viaje a Catoosa, cerca a la ruta 66, no viaje por la carretera 412 a
menos que quiera a mirar a ese niño fantasma a la cara.

El Reno es otra ciudad a lo largo de la Ruta 66 que cuenta con su propia leyenda. Recorriendo
por el camino que se conoce como "la Ruta de la Madre" de El Reno, y entre éste
y Weatherford, usted se encontrará con el fantasma de un hombre jorobado. Lleva
un abrigo marrón y un sombrero que es de "estilo bogies", cubriéndole los ojos. Le encanta aparecer en las noches de niebla o de lluvia. Algunas personas se han detenido a lo
largo de la carretera a recoger a este misterioso hombre sólo para ver que él
pide dejar el vehículo tras un corto tramo, carretera más adelante,... para
luego ver pasmados cómo su imagen se mantiene como caminando frente a ti, en la
misma carretera, ¡pero lo verás así flotando por varias millas delante de TI!


Insecto

Era una mañana tranquila, algo nublada y con algunos truenos, había empezado a llover muy ligero cuando entré a mi trabajo, en el estudio fotográfico, donde pensé que sería otro día largo y tedioso.
 Pero qué equivocada estaba, de la nada un día tranquilo se volvió el peor día de mi vida.

 Me dispuse a limpiar, tome el aromatizante y un cuenco con agua y lo deje sobre una mesita frente al escritorio donde esta mi computadora y me dispuse a mover algunas cajas y despejar otro escritorio lleno de papeles y fotos viejas, yo estaba dandole la espalda a la única puerta que tenia mi pequeña área de trabajo y cuando volví sobre mis talones algo aterrador estaba en el lumbral de la puerta, mi única salida, no era ningún demonio, ni un asesino dispuesto a acabar con mi existencia.

 Era un insecto, un detestable y enorme insecto, un poco mas grande que mi pulgar, un poco gris sucio y con un andar errático iba de aquí para allá, yo camine un par de pasos cuando de repente se volvió a mi y estoy segura de que me veía y planeaba algo malévolo, en cuanto lo vi me quede quieta intentando regular mi respiración pero me era casi imposible, fue entonces cuando la pesadilla se tornaba aun peor y voló unos pocos centímetros y yo solo retrocedí y me golpe contra el escritorio, en esos momentos quería romper la pared y salir de ahí corriendo pero no era ni remotamente posible.
 El insecto seguía dando tumbos por aquí y por allá, mientras tanto yo tome una carpeta vieja para intentar protegerme pero todo es inútil cuando un incesto malvado se le ha metido en la cabeza atacarte. Todo estaba jodido, realmente jodido, no había nadie cerca que me ayudara y gritar era inútil, el insecto volvió a caminar unos pasitos se quedo quieto viendo la pared y movía sus antenas, sus diabólicas antenas...

 Para ese entonces ya estaba a dos metros de distancia y yo ya no podía retroceder. Se volvió a mi con una rapidez increíble y voló un poco mas alto y mas cerca de mi, empece a temblar y desear que fuera una pesadilla horriblemente realista pero no era así, ese insecto había salido directo del infierno, era un ser malvado dispuesto a aterrorizar a cualquiera que se le pusiera enfrente. Volvió a agitar con mas fuerza sus alas grises, su sonido me aterraba aun mas, estaba apunto de llorar y suplicar por mi vida "por favor insecto déjame tranquila! Yo no te he hecho nada! Porque me atormentas de esta manera?" Quise gritarle pero no se puede razonar con un ser lleno de maldad, no se le puede pedir piedad a algo que disfruta oliendo el terror, camino mas deprisa y decidido quedo a un metro y medio de mi, viéndome fijamente moviendo lentamente sus antenas como diciendo "se que te causo terror, se que soy tu peor pesadilla y sabes una cosa? Me encanta"
 Volvió a volar imponiéndose aun mas con ese sonido infernal que hacían sus alas al moverse y esta vez quedo a menos de un metro viendo la puerta, vigilando que nadie se interviniera en sus maléficos planes, fue cuando mi cuerpo reacciono y parte de mi tomo el valor de acabar con todo este tormento tome un banco con mis manos aun temblando sientiendome incapaz de tener la fuerza física para llevar acabo mi único plan, porque si fracasaba seria el fin de todo, ya no tendría ninguna oportunidad de luchar contra ese insecto, temblando me acerque lentamente al insecto, desafiando al destino que tal vez me había tendido una trampa y con el banco a una altura que bastaba para romperlo lo deje caer sobre el endemoniado insecto y solo un sonó la madera chocando con el piso, una gota de sudor recorrió mi frente y mi nariz para caer al suelo, fueron los segundos mas largos de mi vida, estaba segura que el insecto había escapado de alguna manera y estaba furioso por mi acto de acabar con el, pero nada sucedía, por fin había acabado ese tormento, yo solo salí corriendo de ahí empujando cada puerta que me topaba con las pocas fuerzas que me quedaban hasta salir a la calle, caer de rodillas y respirar tratando de tranquilizarme...
 Escuche de nuevo el sonido, el sonido de sus alas al agitarse que quedo grabado para siempre en mi mente, no había nada, pero quedo para atormentarme por el resto de mi vida.


El colectivero

Una noche en Rosario (provincia Argentina), enfrente del cementerio "El Salvador", un colectivero (chofer de ómnibus) de la línea "114" iba conduciendo de noche medio dormido, de pronto, ve impotente como una chica se le cruza velozmente frente al ómnibus y este la arroya.

El colectivero asustado por lo sucedido y lo tétrico de el lugar decide retroceder, esquivar el cadáver de la chica y escapar. Luego de unos minutos de ir a toda velocidad y no detenerse en sus paradas normales, completamente histérico ve por el espejo retrovisor, que la chica que había arrollado está sentada en el ultimo asiento mirándolo fijo y llorando.


La canción maldita

Seguramente hayas oído la leyenda de la canción Gloomy Sunday”. Según cuentan las ondas radiofónicas de esta canción tenían el poder de quitar la vida del oyente.

Reszo Seress compuso en 1933 la melodía de Glommy Sunday. La compuso un domingo sombrío, después de romperse la relación que mantenía con su novia de toda la vida. Su amigo y compatriota húngaro, Laszlo Javor, añadirá la letra a la canción.

La difusión radiofónica comenzó a mitad de los años 30, con un efecto del más funesto. La canción estaba en el centro de una ola devastadora de suicidios: Se encontraron pianistas con la partitura en la mano, anónimos con el disco sonando en su tocadiscos en el momento de quitarse la vida, otros citando alguna parte del texto de la canción en su última carta,… Incluso la joven con la que rompió el compositor, la que inspiró la canción, corrió la misma suerte: El texto fue traducido al inglés con las mismas fatales consecuencias. La canción fue retirada de las ondas.
Difícil distinguir la verdad de la leyenda en esta historia, lo que sí nos queda es una melodía intensa con interpretaciones tan diversas como inspiradas.


El pasajero fantasma

Hola soy del Estado de México les contaré esta historia la cual es un hecho real. Me paso en el tiempo que fui taxista. Una ves como a las 11 pm me toco ir a una parte llamada Satélite. Había un buen de tráfico, en ese momento dicidí conducir por otro lado ya que venía de regreso después de dejar el pasaje, y preferí rodear.
 Iba con el radio a todo volumen y pase por un hospital. Repentinamente una enfermera me hiso la parada. Pare y la enfermera subió. Me dijo:
 - Llévame por favor a el metro más cercano que haya.
 Yo me dirigí hacia el metro sin embargo note que la enfermera iba como muy nerviosa, pero como a mí no me gustaba platicar con el pasaje, no le pregunté qué era lo que tenia.
 No me lo creerán pero cuando pasamos debajo de un puente, el cual esta algo largo, la enfermera abrió la puerta y se aventó...

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